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jueves, 16 de abril de 2020

QUIERO SER PÁJARO


Hoy quiero ser pájaro,
traspasar mi ventana
para llegar a la tuya.

LLevaré entre mis alas
los cientos de amaneceres que nos quedan por descubrir,
las numerosas  noches estrelladas,
y los atardeceres sin nombre
a los que un día dotaremos de identidad

Hoy te llevaré la primavera
con un ramillete de flores en mi pico
para demostrarte que la primavera y el amor
siempre estarán de nuestra parte

Limpiaré el alfeizar de tu ventana
de toda bacteria o germen
porque no hay virus más contagioso
que el que se instala a orillas del corazón

En esa orilla te esperaré yo siempre
por muchos mares que nos separen

Mientras yo sea pájaro
nada ni nadie nos atacará
porque llevo la libertad
entre mi plumaje

Hoy me pintaré las alas de colores
para llevarte el arcoíris ante tus ojos
que se te inunden las pupilas de colorido
adquiriendo la certeza
de que hay esperanza más allá de los confines de tu hogar

Hoy  me posaré en tu oído
trinaré bajito
hasta que te aprendas mi melodía
y entonemos siempre la misma canción

Hoy quiero ser pájaro,
te escribo desde mi orilla…
las olas me traen tu lamento.




jueves, 9 de abril de 2020

MI HÉROE INTERGALÁCTICO


Miguel despertó esa mañana con ganas de plantar cara a los extraterrestres. Tenía la espada y el escudo que los abuelos le habían regalado en su quinto cumpleaños, quizás con eso valdría…. Cerró con todas sus fuerzas los ojos y deseó fervientemente que al volverlos a abrir todo hubiera vuelto a la normalidad. Y es que desde que los alienígenas habían invadido su planeta nada era ya como solía ser…



Miguel echaba de menos a sus compañeros del cole, a sus profesores, a sus abuelos, a sus tíos y primos… pero, sobre todo, a quien más echaba de menos Miguel era a su papá.

Su madre, ahora estaba todo el día en casa, igual que él. Mientras ella trabajaba, él hacía algunas fichas que su profesora mandaba como tarea. Pero a papá últimamente le veía muy poco. Desde que los extraterrestres invadieran la Tierra, tenía que doblar turnos en el hospital y apenas estaba en casa. Su papá era un héroe, al menos él lo creía así. Curaba a gente enferma en un hospital y ahora tenía que trabajar el doble de tiempo porque desde la invasión alienígena había mucha gente convaleciente. 


A Miguel todo esto que ocurría le parecía el argumento de una película, de esas de extraterrestres que solía ver con su padre los fines de semana. Le parecía increíble que ahora fuese todo real y que fuera su padre el encargado de salvar al mundo y el protagonista de esta película que estaban viviendo. Era todo apasionante pero Miguel sólo deseaba que su papá derrotara a los extraterrestres y volviera pronto a casa.



Esa noche su padre regresó  antes de que él se fuera a dormir. Cuando se duchó y se puso ropa limpia, Miguel pudo por fin abrazarle y sentarse en sus rodillas mientras cenaba.


-Papá… ¿cuándo derrotáis a los extraterrestres? ¿Se van a ir pronto a su planeta?

-Hay veces hijo que cuando el enemigo es tan poderoso hay que aprender a convivir con él. Eso estamos haciendo ahora, estudiando su comportamiento para comprender mejor a estos seres y tratar de que no nos dañen más.

-¿Y qué pasa con la gente que está enferma? ¿Se van a curar?

-Estamos intentando que se pongan bien, hijo. Por eso paso tantas horas fuera de casa, en el hospital necesitamos mucha ayuda con los pacientes.

-Bueno, papá, pues entonces tú ahora no te preocupes por mí, ¿vale? Sabes que yo soy fuerte y tengo mi espada y mi escudo. En el caso de que los extraterrestres quieran entrar en casa los usaré para defenderme a mí y a mamá. Tú mientras ayuda a la gente que no tiene con que defenderse.

-Gracias Miguel, eres un niño muy comprensivo y generoso. Estoy muy orgulloso de ti.

-El orgullo es mío, papi. No todos los niños tienen un héroe como padre. Eres mi héroe favorito. ¿Lo sabías, papá?

-Lo sé hijo, lo sé.



La noche siguiente papá no volvió, ni la otra, ni la de más allá. Un día mamá le dijo que papá se había ido a otro planeta y que nunca más volvería a este. Miguel esa noche lloró mucho porque no volvería a verle pero al despertar, sonrió. Su padre y él tenían un secreto. Miguel era consciente de que papá tenía que salvar a la humanidad porque era un héroe. Lo mejor de todo era que ahora había traspasado fronteras. ¡Papá era ahora un héroe intergaláctico! Sin dejar de sonreír, se levantó corriendo de la cama para contárselo a su madre.


miércoles, 25 de marzo de 2020

QUERIDA PRIMAVERA


Querida primavera, te pido disculpas, has venido a vernos en los últimos días y no hemos ido a recibirte.


Todos los años me gusta salir a  celebrarte por las calles, por la naturaleza… te pido perdón pero este año está siendo diferente. En el exterior hay un “bichito” que nos obliga a quedarnos en casa. De este modo, vemos la vida a través de la ventana.


Fui consciente de tu visita y te di la bienvenida con los cinco sentidos:


-Con la Vista: Nada me impedirá ver, cómo al otro lado de mi hogar, traerás cielos más azules, soles más intensos y árboles más verdes y floridos. 

 -Con el Olfato: Desde mi balcón te huelo y sigues oliendo tan embriagadoramente como otros años. Sólo necesito inspirarte…
 
-Con el Oído: Los pajarillos, con sus trinos, lanzan hurras al aire porque por fin has llegado.


-Con el Gusto: La vida, aún aquí dentro, me sigue sabiendo a ti… 


-Con el Tacto: Sigo  pensando que estamos hechos de primaveras eternas… te noto entre mis dedos una vez más.



Como puedes observar, también en estas circunstancias, te llevo conmigo.

Nada ni nadie nos despojará de aquello que somos, ni de la manera en que sentimos.


Estamos hechos de ti y un año más te damos la bienvenida, prometiendo que pronto nos reencontraremos más allá de la ventana. Hasta entonces… cuídate mucho… 


 Imagen: José David Castillo Arias

jueves, 9 de enero de 2020

DESDE MI GALAXIA ESPUMOSA


Hay personas que nacen de la nada y crecen como la espuma


Como la espuma del mar en un día de Julio

como la espuma de una botella de champán, recién descorchada

como la espuma del último café que nos sirvió de excusa.


Y es que algunos reencuentros precisan de excusas.

Inventamos pretextos para reencontrarnos

para comprobar que seguimos en la misma galaxia, aunque a años luz…


Pero, lo más curioso , es que entre tú y yo siguen lloviendo estrellas.

Y no hace falta mirar al cielo, en Agosto, para contemplar su estampa

ni emborracharnos para ver todo más brillante…

ni inventarnos cafés que no pasan del segundo sorbo…

Hay estrellas porque sigue habiendo magia,

y porque, aunque me busques y no te quiera ver, me sigues encontrando.


Tú desde tu pedazo de  universo y yo, desde mi galaxia  espumosa.

Seguiremos descorchando champán en cada reencuentro

Mientras las estrellas sigan deslumbrándonos…


Pero ya sabes… A años luz.