lunes, 29 de agosto de 2016

PURA POESÍA



Era pura poesía. Rimaba con todos mis pliegues, mis pecas, mis dobleces, mis impurezas.

Con ritmo constante, ajustándose simétricamente en todas mis discordancias. Formando la melodía más genuina, la canción que nunca acaba, la poesía que nadie sabe donde empieza pero que siempre acaba en mí. En mis lunares, en mis arrugas, en mis llanuras. Llanamente, una vez más sin revés ninguno, era poesía en estado puro. Puramente bella, puramente tierna.

Métricamente perfecto. Perfectamente medido. Desmedidamente irreal, realmente sin sentido. Sintiendo cada rima, rimando cada sentido.

Era pura poesía, era un amor consentido.