El día que me olvidaste enmudeció la primavera
ante miradas
infinitas que suplicaban respuestas
arrojando colores escritos en paisajes de acuarela
ojos que ya no encuentro porque se han dado la vuelta.
A lomos de tu caballo huiste de tu princesa
por campos sembrados
de mentiras encubiertas
que arrojan ríos de tinta destiñendo la primavera.
El día que me olvidaste y te marchaste con ella
florecieron tras de ti las flores más bellas…
Cuando el otoño te susurró mi nombre
y te alejaste de ella
yo te canté al oído:
“Vuelve con tu doncella”.