lunes, 28 de abril de 2014

CRUCE DE BANDERAS



Creo fervientemente que la vida es como un día de playa. Puedes tener suerte y disfrutar de la calma y seguridad que da la bandera verde, puedes navegar entre las dudas que representa la bandera amarilla y puedes arder en el intento de lograrlo, con la bandera roja como estandarte.    

En mi caminar siempre compruebo que la arena no queme demasiado mis pies para dar pasos firmes y certeros. Dejo que las olas me mezan y me adentro en el oleaje continuo que implica vivir. Sentir es vivir y viceversa.

Y aquí me hallo, como si ondeara bandera amarilla, como cuando quiero sentir algo pero no sé por dónde empezar. Como si la ilusión me quemara la piel y encendiera, del rojo de la bandera, al corazón. 

Avanzo hacia la playa, cierro los ojos y me dejo llevar porque hoy siento Mayo más cerca que nunca. Siento sus flores en mi retina y retengo su fragancia en mi mirada. Miro más allá de lo que atisban mis ojos y creo sentir un mar en calma. Sólo entonces mi alma se despoja de banderas y de colores porque no entiende de patrias ni de precauciones sino de sentimientos.





Ahí te siento. Hacia ti camino.

martes, 1 de abril de 2014

LO QUE ESCONDE ABRIL TRAS SUS LEGAÑAS

Y envuelto en lluvia se despierta Abril. Este mes perezoso que amanece más tarde y anochece después. Abril me recuerda a mi misma, que en un intento por arañar el día, no quiere que llegue la noche. Y es que arañando (te) siento que aún te tengo.

Despedí Marzo diciendo “adioses” que suenan a lo que pudo ser y no fue, a lo que dejamos en el tintero y se diluyó porque la tinta no era buena o porque teníamos otra que calaba más profundo. Y en las profundidades del corazón si no eres buen marinero te arrastra la marea. Quizás los últimos días de Marzo me haya sentido como un náufrago, quizás no hice nada por subir al bote salvavidas, quizás prefiero conservar las vidas que me quedan cuidando (me) todo lo que soy.


Puede que Abril esconda tesoros entre sus legañas, puede que no quiera anochecer porque él si puede arañar luz al sol. Puede que arroje luminosidad a mis sombras, cuando ya no me quedan uñas. Puede que mi lluvia sea la misma que la tuya y que acabe por empaparnos a los dos.

Pero HOY no me dejo arrastrar por lo incierto y disfruto de lo que quiero y puedo. Dejo mis dudas en tu tintero, cojo otra pluma y comienzo a escribir este mes. Abril, el perezoso, emerge entre las sábanas y quiere comerse el mundo.



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